Programando nuestro futuro, viviendo el presente.

¿Buscas programar un futuro 2014 lleno de bendiciones y cosas buenas?

 Hay quienes prometen cosas para el primer día de enero y otros que ya están planificando su nuevo año. El problema con esto es que si no estamos atentos, podemos generarnos una sensación de angustia y posterior insatisfacción, por querer salirnos del presente y desear vivir ya un futuro que no existe. Hay una confusión generalizada en la nueva idea de decretar o programar. Antes que podamos decretar cualquier cosa, debemos de juntar la cantidad de energía necesaria para que podamos proyectar eso que queremos hacia adelante. Pero para que podamos hacer esto, debemos de cerrar ciclos con el agradecimiento de lo vivido y de lo aprendido, soltando el apego al pasado y ubicándonos así en el presente, soltando la ilusión del futuro. 

Sólo viviendo conscientemente en el presente, libre de apegos e ilusiones, podremos tener la energía suficiente de programar un maravilloso futuro. Siempre existe un para qué y un porqué del futuro próximo. Pero no podemos pensar que será exactamente como nosotros deseamos o en el momento que nosotros queramos. Esta necesidad urgente e impaciente, de querer planificar al pie de la letra el futuro, sólo nos traerá una desorientación pues nos empuja únicamente a estar viviendo en una ilusión, en algo que todavía no pasa. Primero debemos de aprender a vivir el presente al máximo para que podamos entonces decretar desde ahí con toda tu energía eso que está por venir. Pero si nos la vivimos queriendo arreglar el futuro, sólo nos perderemos de las bondades que ya están manifestándose en el presente. "No quieras hacer para mañana, lo que puedes hacer hoy", ya decían nuestras mamás o abuelitas. Esto no quiere decir que no podamos ser precisos en las peticiones, pidámmosle al universo con manos seguras y abiertas. Pero no pensemos en recibir con manos atiborradas de cosas pasadas e ilusiones futuras. El decretar y programar es básicamente la actividad de soltar el anzuelo al universo futuro, para permanecer esperando pacientemente, mientras disfrutamos del presente real y verdadero.